La mediación es un método de resolución de conflictos, que con la participación de un mediador, busca que haya un consenso entre las partes. En el caso de la mediación familiar es muy efectivo porque en procesos de separación o divorcio es habitual que la comunicación entre las partes sea compleja y delicada. La mediación puede darse tanto antes de recurrir al sistema judicial como cuando el conflicto ya ha llegado al juzgado, es decir cuando ya se ha presentado una demanda. En este segundo caso hablamos de mediación en el ámbito judicial. De hecho actualmente los jueces pueden derivar a una sesión informativa de mediación para informar a las partes de que disponen de esta opción para poder resolver sus diferencias.
La Mediación familiar es un método que permite abordar las dificultades, tensiones y conflictos familiares, con la intervención de una persona cualificada y neutral, que ayuda a dialogar y a alcanzar acuerdos consensuados. En el supuesto de ruptura de la pareja, la mediación facilita la búsqueda de acuerdos en relación con la separación: funciones parentales, tiempos a compartir con los hijos, contribución a los gastos de los menores, criterios en materia de educación o reparto de bienes comunes, entre otros.
Ventajas de la Mediación
1.- Rápida: siempre será mas rápida que los procesos judiciales.
2.- Ganador/Ganador: no hay perdedores, los acuerdos son satisfactorios para ambas partes.
3- Buena fe: predisposición positiva para trabajar en común de forma pacifica. Es un proceso voluntario.
4.- Inmediata: no se acude a mediación por medio de representación, los participantes son los que acuden directamente a ella.
5.- Preventiva: se puede dar antes de que surja el conflicto.
6.- Menor desgaste emocional: al disminuir el enfrentamiento, produce menos tensión que los procesos judiciales.
La Mediación es un proceso alternativo para la resolución de conflictos, puede ser intrajudicial, cuando es el propio juez quien nos recomienda su utilización, o extrajudicial, cuando se acude a ella por voluntariedad de la partes, se haya iniciado o no el proceso judicial. Las partes involucradas intentan resolver por si mismas el conflicto con la ayuda de una tercera persona imparcial, el mediador, que les facilitará el proceso de comunicación entre ellos de manera adecuada y positiva con el objetivo de alcanzar acuerdos satisfactorios y aceptados por todos.
¿Cuáles son las reglas en un proceso de mediación familiar?
Para negociar un acuerdo de ruptura, el mediador deberá imponer una serie de normas para garantizar el éxito del proceso:
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Impedir las interrupciones o los ataques verbales para evitar las escaladas de violencia en las sesiones.
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Conducir a las partes a concentrar el esfuerzo en solucionar el problema en que se hallan y no en ir uno contra otro.
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Traducir el lenguaje de los presentes cargado de valores y juicios, en términos con menor contenido emocional y más racional.
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No aceptar los intentos velados para que el profesional tome partido.
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Aceptar la expresión de los sentimientos en un momento dado y mostrar empatía.
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Aprobar las descripciones o enunciados claros, las sugerencias de procedimiento y los gestos de buena fe.
¿Por qué la mediación familiar puede ser mejor que el procedimiento judicial?
En un procedimiento judicial, quien toma la última decisión es un juez. Un juez es un experto en derecho, en leyes, pero no es un experto en familias y menos en tu propia familia. El juez tendrá en cuenta elementos jurídicos y se basará solo en hechos demostrables pero no escuchará otro tipo de argumentos ni prestará atención a la parte emocional ya que no es ese su cometido.
En el caso de la mediación, sí se tienen en cuenta los intereses que hay dentro del conflicto de pareja como la parte emocional y otro tipo de argumentos que incluyen tus motivaciones, tus expectativas, tus necesidades…
Generalmente en los procesos de separación o divorcio suele haber mucha confrontación, tensión, sufrimiento… Al juez no le interesan estos temas ya que no se basa en ellos para dictar sentencia. Sin embargo en el marco de la mediación sí podrán plantearse estos temas para que podáis encontrar la mejor fórmula para abordarlos.
La vía contenciosa aumenta la tensiones de por si ya existente en este tipo de asuntos, favorece comportamientos conflictivos, hace que las decisiones importantes sea tomadas por un juez, hay ganadores y perdedores lo que genera resentimientos, se centra en el pasado y fomenta actitudes de inflexibilidad, los hijos se hallan en un conflicto de lealtades y desinformados. Aumenta el coste económico del proceso, el temporal y el afectivo.
Frente a lo anterior un proceso de ruptura negociado favorece la comunicación y la cooperación, disminuye tensión, da protagonismo a las partes sobre el modo de organizar su propio futuro, al no haber ganadores ni perdedores se evitan resentimientos, a los hijos se les proporciona información coherente, no se les somete a elección y se evita que sean protagonistas. Disminuye el coste económico del proceso así como el temporal y el afectivo.
Si decides apostar por la mediación, no será un extraño quien decida cómo será vuestra vida después del juicio sino que las partes implicadas tendrán el poder de decisión y podrán tomar las decisiones que tienen que ver con su vida y sobre todo con la vida de sus hijos.
De forma general, podemos hablar de Mediación Familiar en situaciones de:
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Conflictos de Pareja en proceso de ruptura o en parejas rotas por cuestiones de régimen de visitas, manutención, pensión, educación de los hijos.
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Conflictos de Convivencia: incumplimiento de normas y pautas de comportamiento, fracaso escolar, conflictos educativos, lenguaje, comunicación, en procesos de emancipación personal.
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Conflictos en el cuidado de discapacitados o dependientes familiares.
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Casos de acogimiento institucional de menores, discapacitados, mayores. Situaciones de desprotección social asistida por instituciones al uso.
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Conflictos entre familiares en la propia empresa familiar.
Ámbitos de la Mediación
1.- Familiar
2.- Escolar
3.- Comunitaria
4.- Penal
5.- Laboral
6.- Intercultural
7.- Mercantil
8.- Civil
9.- Intergeneracional
